Siempre se ha asociado Donostia con colores blancos y azules. Tal vez sea por la camiseta de la Real Sociedad, o la misma bandera de la ciudad que también es blanquiazul. Pero para mí, Donostia es de color naranja, y cada vez lo tengo más claro.
Es cierto que es una ciudad donde llueve mucho y hay más días al año en los que hace mal tiempo que sol. La meteorología es muy cambiante, un mismo día puede parecer que has pasado por 2 o 3 estaciones en pocas horas y supongo que esto tendrá parte de culpa respecto a las luces tan especiales que se pueden presenciar. Los atardeceres en la Bahía de la Concha son espectaculares, dignos de ser inmortalizados por nuestra cámara de fotos. La playa de la Zurriola, aunque no sea tan conocida como La Concha, es muy fotogénica por la cantidad de motivos fotografiables que posee y también es uno de los puntos clave para fotografiar atardeceres en Donostia.
El año pasado por estas fechas me llamó la atención aquella maravillosa luz que tiñó la Bahía de la Concha de color naranja. Se repitió la misma luz un mes después, en San Valentín, donde aquel instante se convirtió en una estampa de lo más romántica.
Me extrañó que en invierno hubiera una luz tan cálida, que si no llega a ser por el frio que se sentía, pensaría que estábamos en verano.
Hace unos días, se volvió a repetir la situación. Fui a la parte vieja para hacer una foto que me encargaron del periódico. Nada más terminar, vi aquella luz que me cautivó hace exactamente año. Las sombras y contraluces que se crean son inigualables, y poco a poco, se está convirtiendo en mi luz favorita. Cualquier rincón que en otro momento no llama la atención se vuelve atractivo para los ojos del fotógrafo.
Fui corriendo hasta llegar a los jardines de Alderdi Eder, con la intención de buscar algún motivo fotografiable que identificara la ciudad con esa maravillosa luz. Desde hace tiempo tenía pendiente una imagen diferente de la barandilla de la Concha, y esta fue la ocasión. Anteriormente, había intentado hacer algo distinto pero definitivamente este fue el día. Me sentí como cuando fotografié el verano pasado el reloj de San Martin de Azkoitia, porque la barandilla de la Concha también era una de esas fotos que tenía en mente y nunca la hacía.
Al volver a casa, me fijé en la cantidad de fotos naranjas que tengo realizadas en Donostia. Mi foto favorita de la ciudad, también es de color naranja.
También tengo fotos donde predominan el blanco y el azul pero para mí, Donostia siempre será la ciudad de color naranja.

La última foto le hace honor no sólo al color naranja, sino a la buena fotografía. Mis felicitaciones, Ainara 😉
¡Muchas gracias por tus palabras Arol! 🙂
La última, la que más me gusta de largo, precioso atardecer
¡Muchas gracias Victor! Me alegro de que te guste la que más, de hecho, es mi foto favorita 🙂
Unas fotos preciosas y muy cálidas ;)… La primera me ha recordado a Estambul.
¡Gracias! Aún no he tenido el gusto de visitar Estambul de modo que no lo sé 🙁 pero algún día lo comprobaré 🙂
Pues yo prefería el lila que comentó mi hermana xD.
La verdad es que ahora en Madrid cada vez que veo el cielo naranja o rojo me acuerdo de Serrat en Mediterráneo cuando dice ”A tus atardeceres rojos, se acostumbraron mis ojos”… que lástima que no los vea tan amenudo como en la costa levantina!.
Saludos,
Jesús Martínez
Vero4travel
Yo creo que cada lugar es caracteristico por un color en especial. Hay sitios que son más azulados, otros más verdosos… si encuentro un lugar donde el color que predomine sea el lila, te aviso 😉
¡Un abrazo!
O sal corriendo… el lila es complicado 😛 :P.
:S
Pues mi favorita era la última, pero esa de la barandilla me tiene chiflado.
¡Genial!
¿Si eh? La verdad es que me quedé contenta con el resultado, pero la del atardecer lluvioso se me está haciendo difícil superar. ¡Gracias! ;D