Uno de los mejores recuerdos que conservo del viaje a Finlandia, es el día que fotografié a Santa Claus. Es uno de los personajes que más ilusión me ha hecho retratar. Este señor, a sus 400 años de edad, se dedica a leer unas 600.000 cartas al año provenientes de todos los países del mundo y en todos los idiomas. Además, abre las puertas de su casa a diario, para los niños (y los no tan niños) que quieran sentarse y hablar con él. En Napapiiri, todos los días del año es Navidad, y los elfos, son los que se encargan de recibir las cartas y preparar los regalos que Santa Claus arrojará de chimenea en chimenea cada 24 de Diciembre.
Está claro que, este señor, aparte de ser un currelas, es un manitas, ya que se las ingenió para crear un reloj mágico, que tiene el poder de parar el tiempo del planeta, y así, poder repartir todos los regalos en una sola noche tal y como pude comprobar cuando pasé un día en Santa Claus Village, su hogar.
Vamos, que lo tienen todo tan bien preparado que casi me lo creo hasta yo. Tiene que ser una experiencia inolvidable conocerlo cuando aún eres un niño, y la verdad, ojalá cuando yo tenga los míos, pueda llevarlos a este mágico lugar para que pasen una mañana con Santa Claus. Dicho queda 🙂
Dios mio, 600000 cartas al año, no debe levantar la vista de los folios;
El tema de la chimenea; joder ¿como se aclarara en las chimeneas de las comunidades vecinales con 100 o 150 vecinos? (jejejeje).
Es verdad, eso no me lo habia planteado Edu, es increible lo que puede llegar a hacer este hombre, jejejje 😛