Cuando me propusieron viajar a Italia, más concretamente viajar a Emilia Romagna, me emocioné muchísimo. Aunque es un país que está al lado, en 26 años aún no había puesto un pie en él. No tengo perdón, con Portugal me ocurrió lo mismo hasta que fui a Madeira hace poco.
Cuando pregunté qué parte íbamos a visitar y con quién viajaba, Ignacio me respondió: “Emilia Romagna”. Estuve apunto de hacer la cagada de preguntar “¿quién es esa?” pero se adelantó a decirme “vamos Adri, Guille, tu y yo”.
“Uf, vale. Seguro que Emilia Romagna es alguna parte de Italia, voy a mirar en Internet” pensé.
¡Bingo! Esas dos palabras que parecen poner nombre a alguna mujer es una región italiana de 9 provincias donde entre ellas se encuentran las más que conocidas Modena, Bologna y Parma.
Viajar a Emilia Romagna en 10 días ha sido una experiencia que me ha sorprendido mucho. No hemos parado ni un segundo, pero hemos conocido lugares que nunca se me habría pasado por la cabeza incluir en mi itinerario de Italia. De modo que me alegro muchísimo de haberlos descubierto.
Por ello, y junto a los 3 vídeos de Minube que grabamos y podrás ver en este mismo post, hoy te quiero mostrar los mejores sitios que ver en Emilia Romagna, de esos que no te puedes perder si planeas viajar a Italia. Allá van.
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¿Qué ver al viajar a Emilia Romagna?
Grazzano Visconti. Un pequeño pueblecito con aspecto medieval, pero sorprendentemente tiene menos de 100 años. Destacaría sus casitas de piedra y su museo de tractores.
Piacenza. Un buen punto de partida para empezar a recorrer la Vía Emilia. Date un paseo por sus calles visionando el Palacio Farnese, la Catedral Asunta y la iglesia de San Antonino. Y si estás buscando dónde comer en Piacenza, en la Trattoria La Carrozza es un buen lugar donde comer comida italiana típica.
Busseto. El pueblo natal del compositor Giuseppe Verdi, y uno de los más auténticos para meterte de cabeza en la cultura italiana en mi opinión. Visitar el teatro al que Verdi nunca acudió, charlar con los vendedores del mercado que hacen todos los martes en la plaza principal, así como degustar recetas históricas en la Salsamenteria Baratta con un buen Lambrusco, no tiene precio.
Parma. Si el teatro de Verdí nos flipó, ni te cuento el Teatro Regio de Parma. Espectacular. Un paseo por el enorme Parco Ducale combinándolo con una visita al Teatro Farnese para los amantes de la historia, y para los más glotones, imprescindible conocer la fábrica de quesos Parmigiano Reggiano en primera persona.
Reggio Emilia. Una ciudad donde perderse por sus calles y seguir comiendo pasta.
[youtube width=”700″ height=”450″]http://youtu.be/89OwOICKZhQ[/youtube]
Modena. La ciudad que es elegante, lujosa y macabra a la vez. Disfruta de su elegancia como la que tiene la imponente Torre Ghirlandina que es el icono de la ciudad, mézclate con sus gentes en el mercado Albinelli, ve a elegir el coche de tus sueños al Museo Ferrari, degusta el auténtico vinagre de Modena y saluda a Geminiano.
Bologna. La ciudad que siempre querré volver. Por sus fotogénicos soportales, su mezcla de culturas, estilos y formas de vida, sus vistas panorámicas desde miradores improvisados y su exquisita pasta a la bolognesa. Si buscas un buen lugar donde comer en Bologna, apunta: Osteria del Cappello, sin pensártelo dos veces. Y pide un plato de tagliatelle a la bolognese con una torta tenerina con crema de mascarpone de postre. Vicio. Madre mía, ¡solo de recordarlo me muerdo las uñas! Volvería a Bologna solo por volver a comer esa delicia.
[youtube width=”700″ height=”450″]http://youtu.be/qgr7OUMuEzY[/youtube]
Ferrara. Una especie de Amsterdam italiana, ya que todo el mundo va en bicicleta. Recórrela como lo hacen sus habitantes para conocer en Castillo Estense, la catedral de Ferrara, tomate un aperitivo en la Osteria al Brindisi (¡la más antigua del mundo!) y no te olvides comer la Coppia Ferrarese, el típico pan de Ferrara.
Ravenna. A los más artistas esta ciudad les va a encantar. Empezando desde su exposición de frescos en el MAR (Museo de Arte de Ravenna), hasta los espectaculares mosaicos que cubren el techo de la Basílica de San Vitale. Y si buscas dónde dormir en Ravenna, el Bed and Breakfast Casa Masoli nos dejó con la boca abierta a todos. Una casa con habitaciones vintage muy pero que muy bien preparada.
Faenza. Conocida por su Museo de Cerámicas, el más importante del mundo. Pero sus calles también tienen un encanto particular, que te animo a que lo descubras tu mismo.
Forli. Su principal plaza, conocida como la plaza de Aurelio Saffi, es muy fotogénica al anochecer y en la hora azul. Y si quieres seguir viendo exposiciones (en Italia hay para dar y tomar), no te pierdas el Museo San Domenico, que se encuentra en el centro de la ciudad. Eso sí, a estas alturas ya habrás comido un montón de variedades de pasta, así que no te puedes ir de Italia sin hacer un mini curso de cocina italiana en Casa Artusi, muy cerca de Forli.
Cesena. Aquí es donde se encuentra la biblioteca pública más antigua del mundo, y no solo eso, ¡lleva 600 años intacta!
Rimini. El otro extremo de la Vía Emilia, si lo empezaste en Piacenza, aquí es donde se termina (o empieza). Es conocido por ser el pueblo natal del cineasta Federico Fellini.
Como ves, Emilia Romagna tiene muchísimo que ofrecer y si no tienes tiempo para visitar todos, te recomiendo que como mínimo cojas tiempo para conocer Modena, Bologna y Ferrara. Personalmente fueron los que más me gustaron como fotógrafa.
¿Cuál de todos estos lugares no te perderías tu? Y si hay algún otro que deba incluir a la lista para viajar a Emilia Romagna, estaré encantada de leer tus aportes.
